sábado, 21 de febrero de 2009

ALBUM INACABADO

La mente humana es retorcida, sádica y sedienta de sangre ajena. Sólo, cuando logras rozar su fibra más sensible, te das cuenta que, debajo de esas capas de alcachofa, late un corazón, sobreviven los restos de un naufragio humano.

Por encima de la mesa navegan retazos de vidas que me eran ajenas y, sin embargo, después de años, ya son parte de mí. El bombero, el estudiante, la señora de la limpieza, la ucraniana en paro, el programador, la esposa, el marido, un ATS… me miran expectantes. Están convencidos que jamás acabarán sus historias particulares, pero depositan en mí como en otros muchos la responsabilidad de recordarles, de hablar de lo que pudo ser y no fue. Su sangre no ha de correr en vano, sus móviles no cejaran en su empeño de sonar mientras su recuerdo esté entre los vivos.

Me pregunto por qué he de hablar de un dolor que muchos desean olvidar…

Juan me susurra que sintió rabia e impotencia, pero que nunca se volverá a sentir tan cercano a otros como aquellos días en que se subía al metro y palpaba que la persona que estaba sentado a su lado, cuidaba y se preocupaba por él.

Jesús me mira de una manera rara; entre el dolor y la resignación. Me cuenta que una extraña se abrazó a él. Después, secó sus lágrimas depositadas en el rostro de él y dijo: "estás vivo". Por lo visto le conocía; él jamás reparó en ella. Durante quince años había pasado por su lado sin fijarse en la mujer que fregaba el suelo por la mañana. Cuando acabó de hablar con ella, Jesús comprendió que todos formamos parte de la vida de otras personas y, que de alguna manera, somos necesarios para ellas.

Fernando busca algo en su cara que no encuentra. Desiste; está triste. Cualquier ruido le estremece. Aquel día oyó un estruendo, creyó que él mismo había estallado, pero aún tuvo tiempo para mirar hacia su derecha. Su hijo Julián dormía abrazado a su carpeta; por la nariz se escapaba un río rojo.

Podía seguir hurgando en la herida pero no quiero…

Me llamo Daniel, cuenta cuentos de viajes. Siempre iba con mi fiel compañera, Macarena. A decir verdad, sólo existíamos en la imaginación de nuestra escritora. Ella decidió rendir tributo y desprenderse de mi adorada Macarena. Desde entonces, mi idiosincrasia personal ha cambiado. Soy viudo, sigo viajando y contando lo que mis sentidos expresan a mi corazón. Pero como muchos, aunque Daniel sea ficticio e imaginario, ya no ha vuelto a ser el mismo desde aquel día en que las entrañas de Madrid rugieron al espanto, al dolor sordo.

Ahora, pienso que no siempre se ha de escribir del derecho, también del revés se leen las cosas, y a veces, con más claridad. Estoy seguro que en el dedo corazón tengo clavada una espina que al teclear duele.
Sin embargo, es una tortura dulce y cadenciosa.
Hogaño, mis viajes tienen un sabor especial entre el azahar y la lluvia, entre la nostalgia y la tristeza. Macarena ya no está aquí, aunque pienso que puede estar posada en una rama de un naranjo o, quizá, mirando tranquilamente las aguas del Guadalquivir mientras cae el sol sobre la Torre del Oro.

No he podido evitar el recordar aquel soneto de Neruda que decía:

"Desde hace mucho tiempo la tierra te conoce: eres compacta como el pan o la madera, eres cuerpo, racimo de segura sustancia, tienes peso de acacia, de legumbre dorada. Sé que existes no sólo porque tus ojos vuelan y dan luz a las cosas como ventana abierta, sino porque de barro te hicieron y cocieron en Chillán, en un horno de adobe estupefacto. Los seres se derraman como aire o agua o frío y vagos son, se borran al contacto del tiempo, como si antes de muertos fueran desmenuzados .Tú caerás conmigo como piedra en la tumba y así por nuestro amor que no fue consumido continuará viviendo con nosotros la tierra."

Mi álbum, como el de ciento noventa y dos personas más, se encuentra inacabado. Mil ochocientas veinticinco instantáneas le faltan a cada uno desde el 11 de marzo del 2004.

10 comentarios:

José Luis López Recio dijo...

Madre mía, me has emocionado. Es que ecribes muy bien.
Saludos

aapayés dijo...

con el soneto firmas de manera exquisita tu post..

muy bello


saludos fraternos

calamanda dijo...

Poema inacabado-

Pues huyamos juntos
olvidando viejos desencuentros
encontrando nuevos fracasos
viviendo entre latidos
que galopan por nuestras venas
en una alocada carrera
escapando del hastío...

(desconocido)

Muy bonito el relato.

Un abrazo.
CALAMANDA

Paraula dijo...

Creo que si
querrámoslo o no
formamos parte de otras personas
unas a otras
hasta formar el círculo
o el todo.

Quizás se resuma en amar.

Un abrazo.

José Luis López Recio dijo...

Respondiendo a tu pregunta, tienes que ir a personalizar, despue te vas al sitio donde tienes la lista de blogs y pulsas la casilla de ver miniaturas. Así te sale la foto y el título y queda más bonito. Yo lo puse porque en un blog donde casi todo es letra, como el mio, se agradece algo de color, le da vida. Por cierto, lo aprendi de un blog que ambos seguimos, http://petardylandia.blogspot.com/
Gracias por tus comentarios y saludos.

Margot dijo...

Encanda de encontrarte.
Me has gustado tus blog.
Un abrazo.
Margot

goyo dijo...

OH........ RUBIA, SIEMPRE ME SORPRENDES... UN BESO

Ricardo Tribin dijo...

Mi queridisima y admirada Ma. Angeles.

Tu post esta sencillamente magistral.

Lo que publicas tiene un arte especial, propio, bello, tal y como es su autora.

Un beso con mucho carino

Angelina de Maria dijo...

maria me gusta tu blog ,y lo que escribes...
pasate por el mio y tal vez nazca una linda amistad.
saludos de formosa argentina!

angelina de maria.

Borja!! dijo...

Que bonita por Dios, que frases tan entrelazadas, que viveza y melancolia se desprende, enhorabuena desde luego!!.