lunes, 16 de febrero de 2009

DA VINCI Y EL MENDIGO

"En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no hamucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua,rocín flaco y galgo corredor"... Perdón, cambiaremos de animal y pongamos un chucho, por supuesto, igual de flaco pero listo y avispado como pocos si no, lean ustedes...
-Da Vinci, a partir de ahora, hemos de aprender a dar utilidad atodo. Acabo de lavar en la fuente de Neptuno este cuadernillomanchado de yogur, aquí anotaremos todo lo qué hagamos. ¿Qué te parece?
-¡Guau, guau!De pronto, se ha puesto a nevar, un fenómeno atípico para esa épocadel año. Los copos caen silenciosos sobre la ciudad, es un espectáculo sorprendente, y el edificio próximo a la fuente, creo quees el museo de El Prado, se ha cubierto de una áurea extraña. Megustaría preguntar a Da Vinci “¿Qué hacemos?”, pero prefiero evitarlo, hablar con los animales es el primer síntoma de la locura y yo, pesea que por mi aspecto se pudiera deducir lo contrario, mantengoperfectamente amueblada mi cabeza, tarea nada sencilla tras trecientos cuarenta y ocho años de existencia, que se dice pronto. No obstante, Da Vinci y yo nos entendemos con la mirada, y nos movemos por inercia cada vez que salimos al exterior, nos dejamos llevar y, al final, las cosas no nos han ido del todo mal, la verdad. Hasta que conseguimos parar un taxi transcurre casi hora y media. Reconozco que mi indumentaria y el perro no son buenos aliados para que te paren, y menos a estas horas de la noche. Cuando por fin un taxista piadoso, y algo borracho, se apiada de nosotros, entramos enel coche y le digo:
-Buenas, soy Fredy y este es Da Vinci, mi perrito, una mezcla de afgano, pointer y setter escocés, campeón de España, hijo y nieto decampeones, todo un crack, ya le digo, pero a lo que vamos, siga a esecoche, por favor.- el taxista gira el cuello, me echa en la cara sualiento de anís, y se me mira como si acabase de ver una aparición.
-¿Que siga a qué coche?- me pregunta con un tonito que no me gustanada.
-Es igual, amigo, siga al primer coche que pase.
¡Será mermado el tío! Va y se pone a seguir a un coche fúnebre. Aclarémonos: no tengo nada en contra de los muertos, pero para una vez que salgo, me gusta algo con más vidilla, con movimiento, pero bueno¡qué se va a hacer! Nos deja en el tanatorio de "Salud y alegría". Según entramos a dar una vueltecilla por allí, la gente se parte el pecho con sólo mirarme. Sinceramente, me ofendo, y a uno que está perdido en un mar de lágrimas, oigo que su suegra ha pasado a mejor vida con lo cual, para mí el llanto es el reflejo de la dicha que le embarga, pues le voy a decir que se ría de la difunta, pero no tengo oportunidad pues un guarda de seguridad nos echa de allí a patadas.Dice el mamarracho que me vaya al circo de donde he venido ¡Habrasevisto cosa igual! Le iba a decir que cuidara sus modales pues yo soy don..., pero Da Vinci se lanza por el lateral derecho, avanza, regatea, para y se tira hacia el testículo izquierdo; el bocadocanino retuerce al perjudicado hasta caer al suelo. Yo chillo¡Gollllllll! Mientras otro guarda de seguridad avanza hacia nosotros, intuyo que con una tarjeta roja en la mano, así que silbo al chucho ynos vamos corriendo antes de que nos pillen.Tal es la carrera que hemos hecho, que nos hemos topado contra unmuro de mármol blanco ¡Coño! ¿Qué es esto? Me digo, pero no me datiempo a contestarme ya que Da Vinci entra por una puerta y, porsupuesto, yo le sigo. Un patio grande y en medio hay una fuente donde unos hombres se lavan sólo los pies ¡Qué guarros! ¿Y el culo, los sobacos, no tienen derecho a oler bien? Da Vinci de un salto se pone a beber mientras un tipo furibundo grita mirando al cielo ¡Alá sea alabado! Esto tiene que ser un psiquiátrico, o bien el taxista nos ha llevado directamente a la Alhambra pensando que soy un embajador dela corte de doña Isabel... No, aquello no me gusta, por las miradasque me lanzan creo que no soy de su agrado así que con otro silbido,Da Vinci se pone en marcha y nos montamos en otro taxi. Lo primero que me dice el hombrecillo es:
-Disculpe, caballero ¿Trabaja en el circo "Quebrantos y Tarantos"?¿Le llevo allí? ¿Tiene dinero para pagarme? No admito perros en mi coche...
-Cierre el pico y llévenos al Retiro, he quedado con doña María de Austria ¡Ah! Y tome una moneda de 100 maravedíes, quédese con lavuelta.
Al principio, el tipo se quiere hacer el estrecho con lo de los maravedíes, dice que si esa moneda está fuera de curso legal o no sé qué, así que le digo que la toma o la deja, que a lo más que puedo acceder es que si quiere me puedo ir un rato por bulerías, que yo encantado me arranco por soleares, incluso por seguidillas, pero que hoy no tengo la garganta para tonterías. Debo reconocer que aquel tipo sabía usar bien su golpe de derechas, porque a punto estuvo dedejarme Kao allí mismo, claro que me golpeó exactamente en la mandíbula izquierda, donde me di el golpe al saltar del cuadro, y que me costó un par de muelas ¡Cómo son los españoles de hoy en día! Así que sin dos piezas dentales, a ver como se lo explico al jefe cuando volvamos. En fin, nos fuimos andando hasta el Retiro.
El parque ya no es lo que era. Las calesas han sido sustituidas por tipos que llevan una gorra con la visera al revés, y se deslizan enuna especie de tabla con ruedas. También, han cambiado un poco las actuaciones de artistas callejeros. Decido pararme un momento en el paseo para observar el panorama, y en apenas 5 minutos, cuatropersonas se acercan, y tiran algunas monedas junto a mis pies, por lovisto yo debo ser un espectáculo en mí mismo aunque no alcanzo acomprender la razón. Da Vinci, como tiene aprendido, responde a cada tintineo de las monedas al caer al suelo con un par de saltos conmedio tirabuzón incluido. Cuando llevo media hora, decido juntar las monedas, 17 euros, recuerdo que la última vez que nos paseamos se utilizaba una moneda llamada peseta ¡Cómo cambian las modas! Me acerco a una de las gitanas que está adivinando las cartas. Al principio, le digo que si me adivina el futuro, me voy por bulerías, pero parece que no cuela. Luego le enseño las monedas que tengo, y con un gesto de resignación, me toma la mano y comienza a leer.
-Payo, tú no eres de este mundo, no tienes venas ni sangre...
-Oye, tú, pero corazón y sentimiento, mucho ¡eh!
-En tu mano izquierda hay una señal que me dice que has devolver por donde viniste. En la derecha, leo que te harás el remolón. No puedes eludir el destino payo, y si quieres saber más, has de darme más dinero.
¡Será caradura, la tía! La mujer me miraba fijamente y de pronto, siento frío, unas gotas heladas se depositaban sobre mi cara;ha comenzado a nevar de nuevo. Da Vinci me tira de la capa, sí, es la hora de regresar...Con tristeza nos encaminamos a nuestro destino inevitable, no sin antes pasarlas canutas pues todas las puertas de El Prado están cerradas, y tenemos que romper una ventana. El sistema de seguridad salta y se arma la gorda. Da Vinci y yo nos escondemos debajo de un banco, pero el jefe nos encuentra. Somos tontos de remate, siempre nos escondemos en el mismo sitio, y claro, el jefe que es más listo que una ardilla lo sabe, y para colmo nos toca pagar los cristales que rompemos ¡Vaya mundo en el que vivimos!

-Disculpe Sr.Velázquez, la culpa ha sido de Da Vinci, se encaprichó de una perra y...

-No os vuelvo a dejar salir ¡jamás! ¿Entendido?, faltan cinco minutos para abrir el museo ¡Da Vinci! Metete ya en "La túnica de José" y ni te muevas. Tú, métete ya en "El Menipo"
-Oiga jefe, si somos buenos, ¿podremos salir en navidad? Hemos dejado unos asuntillos pendientes ¿Sabe?...
No me escucha, se vadando largas zancadas y se mete en "Las Meninas" Por cierto, del enfado se le han bajado los bigotes. Me gustaría salir de menina a la calle, lo tengo que consultar un día de estos con Da Vinci, aunque mucho me temo que lo más que me responderá será un impreciso ¡Guau¡

4 comentarios:

aapayés dijo...

Muy bueno tu post, Davinci, un perro..

saludos fraternos


un abrazo inmenso

Mayela Bou dijo...

Jajajaja me divierte leerte!
Un beso bonita!

Celia Rivera Gutierrez dijo...

Muy Buen relato de personajes escapados de una pintura para hacer sus correrias.

Abrazo Mä. Ángeles

A proposito, venia a compartir contigo un premio, que me Dejo Liliana en mi blog de archivo de enseñanza
para que pases a recogerlo si deseas

Celia

Ricardo Tribin dijo...

Bella amiga,

Que ricas tus visitas y que gran aprendizaje el visitarte.

Tu comienzo de hoy con la frase del Ingenioso Idalgo es sensacional.

Te mando un beso con mucho carino y admiracion, mi excelsa escritora