jueves, 2 de julio de 2009

NANA PARA UNA CEBOLLA ANCIANA

“En la cuna del hambre/ mi niño estaba. / Con sangre de cebolla/ se amamantaba. /Pero tu sangre, / escarchada de azúcar, / cebolla y hambre…” Miguel Hernández

¡Buenos días! Voy a subir un poquito la persiana, pero no demasiado para que los rayos de sol no te molesten, y ¡es una pena! porque hoy es un día precioso de primavera; la temperatura es deliciosa. Se nota alegría en el ambiente, y parece que, por fin, la tristeza del invierno se ha ido.


… He visto en el jardín los rosales en flor ¡qué colores!, los más bellos son los rojos y amarillos, los colores que a ti te gustan. Ya verás como este tiempo te sienta estupendamente.
He traído zumo de pomelo. Como dices que tiene tantas vitaminas y es muy sano, te vas a tomar a pequeños sorbos un vasito, ¿vale?
... ¿Te acuerdas cuántas veces me hiciste llorar cuando no me dejabas ir al colegio sin tomarme el zumo de pomelo? No me gustaba y sigue sin gustarme pero, ahora, hago lo mismo que tú; según se despiertan los niños, les preparo el dichoso pomelo.
No me pongas mala cara, que te veo venir ¿Te has dado cuenta que ahora haces lo mismito que nosotros cuando éramos enanos? La higiene es fundamental; ya verás, una vez que te lave, te echaré la colonia que te gusta... ¡Qué recuerdos me trae! ¿Alguna vez te lo he contado? Cuando ibas a salir y te empezabas a arreglar, yo, me escondía muy cerca de donde estabas y observaba cada paso que dabas ¡Cómo me gustaba! Pensaba que no había en el mundo una mujer más femenina que tú; grababa cada gesto tuyo en mi mente porque cuando fuera mayor, deseaba ser exactamente igual que tú. Y ya ves, mucho no me equivoqué pues dicen que me parezco muchísimo a ti ¡Mira mi pelo! Así lo tenías tú, pero que sepas, que a pesar de que ahora lo tengas cano, sigues siendo la más bonita; claro que tienes la piel marchita, pero esos surcos en tu piel también te hacen linda de veras, dando carácter a tu edad... ¡No te muevas! o no terminaré en la vida de peinarte…
Por cierto, te contaré que tengo un nuevo novio; me gustaría que le conocieras ¡Ay!, no me mires así. Reconóceme que no he tenido la suerte de mis hermanos; sigo al pie de la letra tus consejos, pero no me dan resultado. Tú viviste en otra época y de las cosas que me aconsejabas, hoy en día se han quedado obsoletas. ¡Sí! No pongas esa cara, no pienso ser una esclava para nadie. Tú de todas formas, es que has sido demasiado buena, complaciendo siempre a todos, pero yo no soy así.
…¿Qué camisón te pongo, el azul o el rosa con encajes? ¿Éste? Sí, es cierto, no me había dado cuenta; es más bonito. Eres una llorona, te quejas y sigues siendo la mejor; nada se te escapa. ¡Bien!, mírate en el espejo ¡No seas boba!, nadie nos ve ¡Ven, acércate! Haz un esfuerzo; he de decirte un secreto que creo que no lo sabes, y te va a gustar mucho ¡No, no y no! Sí que puedes, yo te ayudo ¿No me digas que no quieres oírlo? Pues es tan sencillo como que te muevas ¡Así!...Jajajajajaja, me encanta la cara de niña traviesa que pones; ya te lo cuento ¡Déjame abrazarte! Así nos lo hacías tú ¿Te acuerdas? Te has vuelto tan mimosas como éramos nosotros; bueno ahí va el secreto del día ¿Preparada? Me encanta verte sonreír: ¡Te quiero mucho, mucho mamá!
¿Qué quieres que te lea hoy? ¿Tu poeta preferido, un cuento mío? ¡Vale! Las dos cosas:
“Una mujer morena/ resuelta en luna/ se derrama hilo a hilo/ sobre la cuna. / Ríete niño, / que te traigo la luna/ cuando es preciso…” Miguel Hernández.

2 comentarios:

Davicine dijo...

Todo un placer conocerte en el Radio Blog... me mantendré cerca de este blog, y más aún compartiendo Tierra de residencia...

José Luis López Recio dijo...

Me encanta leer tus relatos.
De camino, tre comunico que tienes un par de premiosen mi blog.
Pásate a recogerlos.
Feliz fin de semana guapísima.