jueves, 15 de octubre de 2009

SILENCIO

Los ojos infantiles imploraron piedad, su madre acarició el rostro salpicado de lágrimas queriendo consolar el llanto cada vez más frecuente. No hallaba palabras que justificaran el panorama que se cernía sobre sus vidas ni una pobre justificación para calmar a aquel niño que veía como su familia se hundía.Tomó la mano infantil, primero la besó, después apretando el cuerpo tembloroso de su hijo hacia sí y dijo:
-¿Damos un paseo? El aire nos vendrá bien.
-Haz algo mami. Quiero ser como mis amigos, no temer por llegar a casa.
-Todo pasará.
-Nunca pasa nada. Llevamos dos años así y va todo a peor. ¿Mami, has visto tu cara? Se llena de arrugas como la de abuela, ya no gastas bromas, no nos hablas. Quiero una madre como mi compañero Edu. No quiero un padre, solo sirve para chillar y pegar. No quiero un hermano que sólo piensa en él , no te hace caso, y ya verás, terminará pegándote también.
-Nos necesitan, no podemos dejarlos tirados, debemos aguantar.
-Mami quiero paz, reírme, tener una casa. No me importa ser pobre como Raúl y no tener ventanas a la calle. No quiero juguetes en Navidad, pero llévame de aquí.
-Aún no, espera un poco más, se solucionará.
-¡Cobarde! Eres un fracaso mamá, a todo callas y nada haces.
-Ven, no digas eso.
-Déjame en paz, mentirosa, me prometiste hacer algo y no lo has hecho. Lloras cuando no te vemos y te pones sumisa delante de ellos. Me voy solo a dar un paseo, tú no sirves para nada.

Ha vuelto el silencio aunque la tensión persiste en el cuerpo de Matilde; se sienta y como cada día hace repaso de una vida.
Razón tiene su hijo, es un fracaso como madre y mujer, y lo triste no es que se dé cuenta sino que no sepa qué hacer. Su cabeza piensa, pero no acierta postura coherente. Observa su cuerpo y se congratula que no tiene marcas como los de otras mujeres, ellas están peor, Matilde solo tiene roto el corazón.

6 comentarios:

José Luis López Recio dijo...

No sabe qué hacer a pesar de conocer su situación. Hya demasiadas mujeres en una situación idéntica. Esperemos que esas actitudes, que nada tienen que ver con nivel social ni cultural, se acaben para siempre.
Un abrazo preciosa.

L.N.J. dijo...

Hay personas que se dedican a ir así por la vida, con la mano levantada, te encierran entre cuatro paredes y se creen con el derecho a....

Algunos se ponen guantes para no dejar rastro, y tienen la poca vergüenza de exigir de esa manera lo que creen suyo y lo que no lo es.

Ojalá ese silencio acabe.

Saludos.

ALBINO dijo...

Un relado duro, pero real. Lamentablemente existen esos casos y los que tuvimos la suerte de no sufrirlos, ni como hijos, ni como padres, no debemos de encogernos de hombros. Hemos de tomar conciecia para tratar de solucionar los que veamos a nuestro alrededor.
Por algo de eso he dejado yo de mantener alguna amistad. Solo fue la oportunidad que se me dio despues de los fracasos por resolverlo.
Un beso

Juan Escribano Valero dijo...

Hola María de los Ángeles: muy duro el relato, como yo estoy que me caugo de sueño, es pero que tu relato me deje dormir.
Un fuerte abrazo

Calvarian dijo...

Tremendo problema...menuda lacra. Tiene que ser terrible ver como se consume una madre en ese ambiente. Sólo pide lo único que no le dará "salida".
Bésix

Ricardo Miñana dijo...

Triste y vergonzoso, no se puede levantar la mano a nadie, ante cualquier problema esta el dialogo para resolver cualquier tema.
un placer leerte.

un beso
RMC