martes, 7 de julio de 2009

VIDAS ROBADAS

Ana, se llama Ana Padilla, cuarenta y ocho años, y dos hijos que nunca quiso tener. Sin carrera, sin futuro y que acaba de divorciarse. Se frota las manos ante esa sensación nueva que significa libertad. Al fin, se siente libre aunque lleva un buen rato parada en la calle; no sabe a dónde dirigir sus pasos de su recién estrenada condición de ex.
Se pone a caminar despacio, sin rumbo, rozando el aire su incipiente piel marchita, sus despreciables síntomas de mujer en los albores menopáusicos.
Todo se ha desencadenado tan rápido, apenas hace seis meses vivía una cómoda hipocresía, nada hacía preveer semejante desenlace. Tan acomodada estaba en su condición “de”, que llevaba años siendo arrastrada a ser un objeto más de una vida que aunque renegó al principio, después se fue adaptando hasta bordar el papel.

Las brumas del tiempo fueron borrando aquella chiquilla que gustaba atraer la atención de los demás, perdiéndose en el mundo de las sensaciones al límite. Transcurrían parejas lo que navegaba en sus adentros con lo que afloraba en el exterior. Porque aquella vida más falsa que Judas se tragó la juventud del corazón, y sus ojos se nublaron de vejez y desidia. Toda ella olía a olvido y, sin embargo, siguió montada en aquel estatus cómodo y práctico. Pero Paco, su marido, la sirvió en bandeja la puerta grande.

Como pasa a muchos cuando llegan a cierta edad y han perdido por el camino la ilusión, a la vuelta de una esquina encuentran sin buscar la miel de la segunda oportunidad enganchada al escote de una joven, seguramente quince años más jóvenes que ellos y, entonces, en esos corazones marchitos y apagados se enciende una linterna que ilumina todos sus recovecos.
Paco rejuveneció, tiró por la ventana lastres innecesarios y se fue de casa.
Al principio, Ana tardó en digerir su nueva realidad de mujer canjeable y abandonada; estaba tan acostumbrada a cerrar páginas en blanco que…

En el despacho del abogado ha sido todo tan frío y materialista que parecía que no había ni siquiera sentimientos ni un ayer para recordar. “Paco está loco”, pensaba Ana mientras éste no discutía ni un punto de los acuerdos. Ella se quedaba con todo: casa, coche, acciones… Él no quería nada. En principio la dolió porque veintiséis años de matrimonio no se pueden tirar por la borda de esa manera, ¿no? Ana, cuánto más reflexionaba, más ofendida estaba hasta que el abogado pronunció la pregunta “¿De mutuo acuerdo?”, y ambos, sin titubear, contestaron que sí.

… Ana, está sentada en un banco del Retiro respirando hondo mientras una chicharra se afana en recordarla que hace calor; ella no siente nada si no es culpabilidad. Sí, se siente culpable de no haber tenido coraje y haber roto muchos años atrás. Ha robado una vida a Paco, se la ha robado a ella misma… Y, ¿ahora será capaz de encontrar una nueva para ella?
Cae la tarde, Ana sigue sentada en el mismo banco. Sigue pensando, tiene miedo, se siente sola, se siente una cobarde y se pregunta, “¿Cómo se construirá un mañana después de haber destrozado un ayer?”… Entonces, se acuerda que en casa alguien la espera; hay dos hijos que tampoco Paco ha querido discutir; también son para Ana, y ella no les quiere quitar lo que sus padres se quitaron así mismos.

7 comentarios:

Miguel Angel Lorenzo Garcia dijo...

Cada amanecer es un comienzo. Del ayer se asienta la situaciòn de hoy, de como lo miremos sera nuestro coraje para el ahora. Si el ayer es el pasado de hoy y el hoy el pasado de mañana,se deberia tener en cuenta que, una vez pasado el duelo, lo veamos como una oportunidad unica. La edad nunca marchita la felicidad de la vida. Mª angeles un escrito exquisito lleno de mucha realidad visto desde un corazon perdido
gracias por compartirlo

FDG - El Señor de Monte Grande dijo...

No es facil recomponerse pero se puede. La cruda realidad contada con un execelente gusto.

Un beso desde MG

Juan Escribano Valero dijo...

Hola María de los Ángeles: Por desgracia hoy esto que tu relatas tan magnificamente cada vez es más corriente,¿que está pasando?
María de los Ángeles, he tardado mucho en pasarme por tu portal no por que te haya olvidado es por que he estado malito y casi no he tenido tiempo de ponerme en el ordenador, el pasado día 6 sufri una pequeña intervención quirúrgica,y entre unas cosas y otras no he tenido tiempo, esto tambén es la causa de que este año veranee en Madrid
Un abrazo

calamanda dijo...

VIDAS ROBADAS...Es la misma
vida...hoy está a la orden del
día...situación por la que todos
podemos pasar.

Feliz verano!

Un beso.

boreal dijo...

Es un relato precioso. Me siento totalmente indentificada. Hace muchos años que mi marido, estoy segura, mantiene una relación con una persona de su mismo trabajo, pero .... llevo una vida tan cómoda, yo no trabajo fuera de casa. Tengo una persona que me ayuda y me dedico a mis tres hijos, que todavía están estudiando, el pequeño aún es adolescente. Me gusta mucho el arte. A la vista de todos, mi marido es ejemplar, y el caso es que lo es, un buen marido y un buen padre, siempre preocupado por todos. Católico practicante al igual que yo. Viaja mucho por su trabajo. Tenemos una buena vida, tenemos dinero, viajamos, salimos todas las semanas a comer, cenar, al cine o algún espectáculo. Solos o con amigos. Nunca discutimos pero ..... ¿qué puedo hacer a estas alturas? Tengo 54 años. No sé si seguir disimulando, darme por enterada. Estoy hecha un lío pero me gustaría seguir con esta vida sin sobresaltos. ¿Alguien puede aconsejarme?. ¡Y yo que pensaba que no me ocurriría nunca algo así! No sé como actuar, imagino que me quiere, pero hacemos poco el amor. Se pasa el día con su blackberry a cuestas (dice que por trabajo).No quiero perderle aunque creo que, intimamente, lo perdí hace muchos años. Necesito algún consejo. Felices vacaciones.

Xabo Martínez dijo...

duro relato, pero nada mas cierto, ahora, queda el reto de conciliar a las otras anas que quedaron en el camino y en las que se quedo el sabor de la libertad que se dejo pasar.

mertxy dijo...

Un relato que refleja las mil caras que el tiempo deja con sus infinitos disfraces y caras, real y crudo como la vida de tantas y tantas Anas, aquí lo fundamental es dar el paso siguiente y vencer las mutilaciones del miedo...pues siempre después de las sombras llega la luz en estos casos con nombres, milagros que son los hijos y que brillan como soles...ha sido un placer leerte.
Mil besitos de agua
merchy