Valladolid…
He vuelto a casa
con el silencio de la ciudad prendido a su asfalto; apenas quedaban huellas de
los seis días atrás que acababan de culminar. Minúsculos grupos de gente
hablando en voz baja se despedían y la luz amarillenta de las farolas se ha
diluido en mi persona.
Una especie de
nostalgia, de vaho nocturno, iba
recalando en mi ánimo. Tal vez fue la luz azul, los grados, los poros de mi piel
preparados para absorber o mi alma deseosa de sentir, no sé…, tomaba, al fin,
conciencia de haber recuperado el ritmo vital que guía a mis sensaciones a
palpar cada cosa que pasa por mi lado y roza la sensibilidad dormida.
Un collage de
sensaciones, de visiones, decoran, ahora, mi memoria. Miradas brillantes,
escenografías a media luz, sonrisas blancas, rostros vivos, una bulla tan
castellana como feliz colándose por cualquier rincón de mi ciudad. Mis niños
Dawn con sombrerito de paja o gorra de beisbol, tan tiernos como amorosos,
sorprendiéndose que el mundo girara a su lado y ellos fueran capaces de tocarle
con sus dedos torpes mientras la mano de un hermano, de un padre, sujetaba a su
persona. Esa estela de cortinilla humeante acariciando nuestra nariz con un
perfume de incienso. El redoble de tambores haciendo que las plantas de los
pies saltaran sobre el asfalto. El sonido de una gaita, un coro de pajarillos, la
corneta, la trompeta y el trombón junto a una minúscula partitura y la cadencia
de una marcha procesional. Virgen del valle, Bajo tu palio un rosario, Hosanna
in excelsis, un Gaudeamus igitur universitario en un jueves santo…, tantas marchas
como cortejos, tantas músicas como para elevar a cualquier vallisoletano a un
mundo reposado y bien sentido donde cabía un vino, una oración y un encuentro.
Y, sobres
nuestras cabezas, flotando Flagelados, Madres dolorosas y Crucificados. Si
hasta he visto, hemos visto, los pasos menudos, el rachear del dolor de un Hombre
camino de su calvario, con tanta dignidad como humildad. Para, más tarde,
nuestros ojos embelesados barnizarse de su piel
de nácar, azuladas sus venas y racimos de sangre correr por su pecho y
costado.
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