miércoles, 30 de mayo de 2018

CIENTO CUARENTA CARACTERES


El Hogar de los Fernández Espinosa normalmente es un lugar tranquilo sobre todo los domingos. Los jóvenes pactan con la resaca un cese de hostilidades, un descanso para afrontar la nueva semana. Los mayores, un roto con la rutina y un affaire con actividades lúdicas.

Gerardo, el padre,  y Olivia, la hija, leen la prensa. Bueno, la joven tartamudea las cabeceras de las noticias, es incapaz de introducirse en la letra pequeña.
-Papá, no sé cómo puedes sumergirte en el periódico, las noticias me recuerdan a los jinetes de la apocalipsis o las diez plagas de Egipto.

- La falta de un proyecto que de estabilidad a la sociedad, al mundo, la ausencia de un guía a modo espiritual, llamémoslo así. La ausencia de unas leyes que protejan al ciudadano hace que este pierda la fe y un ser humano sin fe está abocado al desastre. O cuando presiente en su convencimiento que todo está perdido, qué más da lo que haga, es un león que arrasa con todo lo que pilla por delante… Desolador y aterrador, ambas sensaciones por igual.

-¡Qué optimista estás, Papá! Yo desde luego no pierdo el tiempo en lecturas que me destrozan la moral.

-No vas descaminada, Olivia. Cuando la vida, la sociedad, no funciona o se enturbia, la gente se evade en  las cosas más inverosímiles, se refugia donde puede, se defiende con piel de oso.

-Anda deja de filosofar, papi, y recomiéndame una peli de esas tuyas de los años cuarenta o por ahí.

-¿Ves? Te estás evadiendo de la realidad-Gerardo calla un momento, como si estuviera reflexionando-… Finales de los cuarenta, el mundo trataba de salir del caos que habían supuesto dos guerras mundiales con bomba atómica incorporada, en España, una guerra civil, una España abocada al silencio y a pagar por sus pecados…La abuela contaba que entre la miseria siempre se hallaba una luz. Un baile, una festividad, una boda ramplona, la vendimia, ¡qué tiempos aquellos!, y el mundo emergió de su propia destrucción…

-Y ahora, Papá. El mundo es cíclico, la sociedad, también… ¡Anda! En Twitter cuentan que se ha casado el príncipe Harry. Pon la tele, hay un programa especial… ¡Uff! Los cotilleos que están contando. Enciende, enciende la tele rápido, papi.

-Ciento cuarenta caracteres te sirven, Olivia, para encender tu evasión-Gerardo suspira, se ríe y pregunta- ¿Qué canal te pongo?

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