domingo, 1 de junio de 2008

EL CAMINO DE LAS ESTRELLAS

30 de julio, 2003…
“La plenitud no está en lograr lo que anhelas, sino en valorar lo que tienes”

Llevo una semana de vacaciones retozando por los campos de Castilla; aquí aún se veranea a la antigua usanza como sólo lo hacían los ricos, la única diferencia es que hoy ellos vuelan a playas caribeñas mientras los pobres veraneamos como ellos entonces: con alpargata, botijo y tertulia, a expensas de las raíces familiares que dejamos cuando buscamos fortuna en la urbe. Durante el día, a campo abierto, el sol reventón quema con rabia por lo que me refugio en la chopera próxima al río Pisuerga; allí se está fresco y el suave murmullo de las aguas hacen que me concentre muy bien en la lectura. Después de la comida, el ritual de la siesta, la partida de mus y el paseo a la caída del sol por cualquier camino próximo al pueblo. Esta calma serena mi espíritu desbocado y levantisco; me fui de la gran ciudad con la sensación de ser “Dani navajas”El tiempo aquí tiene otro ritmo, donde las agujas del reloj marchan entonadas por los hábitos de los paisanos sin más que hacer que lo que tú te propongas. El silencio roto por algún pájaro y los grillos diurnos, ayuda a recobrar el sonido de lo natural encrespado entre claxon, voces y música estrepitosa. También el olfato sale beneficiado, el aroma a paja y heno te llega por los cuatro costados y no digamos la vista; ésta se recrea en la contemplación de la infinita llanura amarilla, como decía Machado. Parece seca y recia, puede ser, pero su esencia es noble y austera, otro modo de entender la naturaleza. Mi Macarena aquí se esponja, me recuerda a las campesinas de antaño con el pañuelo atado a la cabeza, las mejillas rosáceas y un delantal alrededor de esa cintura que me vuelve loco; le observo subida en la cosechadora de su primo Cristóbal con la sonrisa fresca y feliz y me compensa que tenga que compartir nuestras vacaciones con mi santa suegra que semeja una espina en el trasero. No obstante, a pesar de que prepare a su yerno una de las mejores limonadas de la región según ella- la humildad nunca fue su fuerte- sin decir nada a Macarena para no alterar su paz antes de lo debido, tengo una idea en la cabeza que, como mosca cojonera, no me abandona.
Hace dos días, en la biblioteca de mi suegro, encontré un libro “El Camino de las Estrellas” edición del año 1957, con datos muy curiosos; mi suegra con el afán de fastidiarme, me trae todos los días el periódico de la región que sólo vienen esquelas y que, por supuesto, como hombre educado, le doy las gracias- justo para que el cuello de mi camiseta lo oiga- y cuando lo miré de reojo, vi un anuncio “Ofertón del verano, el tren playero te espera” nada tenía que ver con lo que estaba pensando, pero la maquinaria de mi imaginación se ha puesto en marcha y me he dicho que el no tener dinero, no impide viajar…

2 de agosto, 2003
Mientras Macarena se ha ido al pueblo a la procesión de Nuestra Señora de los Ángeles con mi indescriptible suegra, he entrado en nuestro dormitorio, casi como un ladrón, a preparar el equipaje; lo mío lo he hecho en un suspiro, la duda me ha entrado con las cosas de Macarena, ¿qué puede ser esencial para una mujer aparte de todo? Como no me aclaraba, me he centrado en cogerle ropa interior ¿dos, tres? Mejor cinco mudas, ella es muy limpia; un par de camisetas, un pantalón, jersey, chubasquero, zapatos cómodos de repuesto y cepillo de dientes, ¿meto una crema para su preciosa cara? Tiene tantas que como no me decidía, he metido una para los mosquitos por si la pican. ¡Ya está!, después he escrito una nota para mi mamá política muy cariñosa “Estimadísima suegra, voy a dar una sorpresa a tu hija… nos vamos, pero volveremos, tú tranquila. Este sacrificio que tú y yo hacemos al separarnos será para gratificar a Macarena por todo lo que me da. Un beso enorme” he tachado lo de enorme, total, nunca le beso, y me he sentado en el porche a esperarlas; no sé, estaba nervioso, pero me he dicho “Daniel, sujétate a los machos y cuéntaselo a Macarena, pero no se lo digas mirándole a los ojos o no irás ni a la vuelta de la esquina”He puesto la alarma a las cinco en punto y he despertado suavemente a Macarena, como estaba tan dormida casi ni se enteraba; he sacado de debajo de la cama su ropa y la he vestido, ya estaba Cristóbal esperando para bajarnos a Valladolid donde cogeríamos el tren hacia León. No le he dado café, mejor que siga medio dormida, pues anoche, al final, no tuve valor y no le dije nada, ¡que Dios se apiade de mí cuando esté despierta!... Por cierto, he mirado sus pies y le he puesto calcetines distintos, con este detalle, ya he cavado mi propia tumba.
Cristóbal no sólo me dejó dos sacos de dormir, una cantimplora y una bota de vino, sino que, además, nos ha preparado una hogaza de pan con tortilla de patata para el primer día, chorizo y queso como provisión para los siguientes; por supuesto, nos ha metido un termo con café de puchero que es para morirse de gusto, está hecho con un calcetín usado- me supongo que limpio aunque la expresión parezca lo contrario- Me siento francamente bien con la locura que vamos a hacer y, aunque dispongo de poco dinero, de que no dormiremos en hoteles y las comodidades habituales no existirán, estoy convencido que volveremos con una riqueza interior olvidada por el ritmo de vida que lleva el mundo actual, con vivencias sin duda irrepetibles.
-¿Daniel dónde vamos?- su pregunta me ha sacado de mi ostracismo y he tenido que enfrentarme irremediablemente a la realidad.
-Primero a León y después hasta donde el cuerpo aguante. “El Camino de Santiago” es mi regalo de cumpleaños Macarena-procuré poner cara de ángel, de esos que en su puta vida han roto un plato.
-Si mi cumpleaños es en diciembre o, ¿lo has olvidado?
-El tres de diciembre para ser exactos, pero yo lo he adelantado. ¿Te parece bien mi vida?- de nuevo mi carita de querubín celestial.
-No… ¿Y mi madre?
-Ella es cómplice de esta sorpresa- sentí que la nariz me crecía más que a Pinocho.

4 de agosto, 2003
He leído que da igual que vayas a caballo, en bicicleta o andando para sentir los rituales, meigas e historias del Camino de Santiago que, junto a Roma y Jerusalén, ha compartido desde tiempos remotos un atractivo inigualable; por lo visto, antes se hacía para cumplir un voto para librarse de una penitencia o, incluso, por imposición judicial. Hoy se recorre para buscar nuevas sensaciones, descubrir un románico perdido entre montañas, buscar la paz en un paisaje que deja mudos a tus sentidos por la virginidad que aún conserva.
Hay ocho caminos, aunque el más conocido sea “El Francés”que como su nombre indica nace en tres ciudades franceses para unirse en España y pasa por Roncesvalles, Navarra, la Rioja, Castilla y León hasta llegar a Galicia. Nuestra primera parada fue en León, donde paseamos por su delicioso casco antiguo; visitamos la catedral, una de las más bonitas de España en cuya puerta principal está la imagen de Santiago peregrino. La luz que penetra por sus vidrieras es fabulosa dando unos reflejos en su interior entre coloristas y embrujados; luego, nos trasladamos al hotel parador San Marcos donde sólo por visitar su restaurante merece la pena tomarte un café que, por cierto, cuesta un riñón.
A las seis de la tarde, hemos cogido un tren que nos acercaría a la provincia de Lugo, hasta una estación perdida y, a partir de allí, comenzaríamos a andar. Yo, me imaginaba poco más que fuera un tren a vapor con asientos de madera; paraba cada dos por tres y su ritmo de velocidad era tan decadente y acompasado como el paisaje hondo que se colaba por la ventanilla que a veces seguía el curso de algún río y, otras, por bosquezuelos donde tenías la sensación de que un gnomo iba a hacer acto de presencia. Era un traqueteo hacia la calma rodeado de cestos de mimbre repletos de verduras o gallinas en sus jaulas. Los rayos solares ocultaban su fuerza tras las montañas, el rojizo de Las Médulas era una visión soberbia, y la tarde languidecía en los valles con gotas juguetonas que se estrellaban con suavidad contra los cristales.

O Cebreiro, primer paso, 6 de agosto, 2003
Hemos llegado a nuestro punto de destino para ver si somos capaces a partir de aquí de andar los 150 kilómetros que nos separan de Santiago de Compostela; hasta ahora de una forma Light, mucho tren y un poquito andando, hemos hecho nuestro camino particular.O Cebreiro es una encantadora aldea y según Aymeric Picaud, clérigo francés del siglo XII que escribió el primer libro de viaje, este tramo se hace en tres días; cuando se lo he leído a Macarena le ha dado la risa floja y yo he pensado que soy poco hombre para comerme con mis peludas piernas tanto kilómetro en tan poco tiempo, lo importante es llegar en esta vida, no lo que se tarde…, en fin, a lo que íbamos, en esta localidad se conservan cuatro pallozas intactas, son viviendas prerromanas, circulares y con techo de paja.

Las sierras, 8 de agosto, 2003
Atravesamos las sierras de Os Ancares y O Courel hasta el Alto del Poio, verdaderos paisajes de montaña; en Fonfría hemos parado a beber en su famosa fuente. Hasta ahora los tramos recorridos están muy bien señalizados en color amarillo y hay más peregrinos de los que yo me imaginaba, no habiendo una edad predominante: igual te encuentras gente de treinta y tantos, personajes solitarios, jóvenes de dieciocho, como hombres y mujeres de sesenta o, familias con bebé a bordo. En todos ellos hay una característica común: los rostros afables y sonrientes, como si el caminar humanizara y el espíritu solidario surgiera de las entrañas del hombre; ayer un paisano comentaba que esto es mejor que pagar a un psicoanalista.
La noche tiene magia, llueva o esté despejada, cada una tiene su aquel. Anoche, el cielo estaba plagado de estrellas y como el viento era muy suave, decidimos las once personas que estábamos en el refugio hacer la tertulia afuera; un tipo francés, Vincent, nos leyó los orígenes del Camino de Santiago y Macarena traducía. Mientras que sus voces flotaban entre una hoguera improvisada, nos relataba que un monje ermitaño de nombre Pelayo encontró los restos de Santiago en Iria Flavia, trasladándolos a Santiago de Compostela; allí el rey Alfonso II el Casto mandó que le construyeran un mausoleo y le nombró patrón de España, o una leyenda del Santo Grial, símbolo heráldico de Galicia y que sirvió de inspiración para escribir “Parsifal” de Wagner… Mientras, tomábamos un aguardiente con hierbas típico de la tierra, los relatos del francés me hicieron pensar que hay gente que sin darse cuenta nos enseña el valor y la esencia verdadera de lo que nos rodea.

Triscatela y Sarria, 9 de agosto 2003
A partir del Alto de Poio, el paisaje se ha vuelto más suave y placentero, sin tanto esfuerzo; antes de llegar a Triscatela, ya desde muy lejos se otea la alta torre de la iglesia románica y de allí, nos dirigimos a la fértil vega de Sarria.
Hacemos una media de veinticinco kilómetros diarios y, según avanzamos, vamos penetrando en la Galicia de los mil y un ríos, de fuentes de aguas cristalinas, medicinales y heladas; lo peor es el calor asfixiante y las subidas que, gracias al bordón que compramos en León, hacemos fuerza para trepar; cuando llegamos a lo alto, a pesar de que las piernas nos tiemblen, el esfuerzo es compensado por el panorama, la inmensidad te puede y el verde musgo te envuelve, es un contacto con la naturaleza a lo bestia.
Procuramos desayunar fuerte a base de pan, fruta y leche; comemos mucha fruta por el azúcar y las vitaminas. Macarena está hecha una jabata, camina con decisión, disfruta de la charla en un alto en el camino con cualquier peregrino que se tope y sus paradas para respirar el aire puro o contemplar el paisaje, me corroboran que fue buena la idea. Por las noches caemos rotos y dormimos como niños; antes, pido a Macarena que me deje ver sus pies, se los lavo con agua y sal y los doy unas buenas friegas.
Por cierto, un dato de lo más “chusco”: ayer apareció un sueco que por lo visto todos le conocían de oídas, que está en España desde hace cinco años y vive de la caridad. Su misión es ser coche escoba en el último trayecto; tiene una camioneta pintada de rojo, que no alcanza los sesenta kilómetros a la hora ni de broma, toca el claxon por la carretera para que el peregrino que lo necesite pueda subir. A mi esto me ha dado un respiro ya que en ningún momento pensé llegar hasta Santiago pero, ahora, la emoción de conseguirlo me pica y, pensar que alguien te pueda ayudar a lograrlo, me fascina.Comenzamos el camino solos pero ya somos siete asiduos que vamos juntos, es bárbaro; hoy hemos compartido el famoso caldo gallego, ¡qué manjar! y el lacón con grelos…, nos llevó Tierno, un sevillano muy salado que toca la guitarra y sabe un poco de todo, yo le llamo “El Espasa de bolsillo”

11 de agosto, 2003
Salimos de Sarria camino de Portomarín, cruzando el puente de Aspera que es del siglo XIV, sucediéndose multitud de aldeas, algunas han merecido que nos paráramos por sus iglesias de estilo románico compostelano como la de Santiago de Barbadelo, Belante y Bibille; al llegar a Portomarín, visitamos la iglesia-fortaleza de San Nicolás que es considerado como de los más bellos templos románicos del camino y nos hemos ido a tomar Aguardiente y tarta de almendras; hemos hecho “la festa do augardente” nosotros solitos y a duras penas hemos podido llegar a un albergue cercano de la alegría festiva que nos había suministrado los grados del aguardiente. Tierno y Vincent han cantado una sevillana al santo. Yo lloraba, no sé si de risa o de pena ver al francés el sentimiento que ponía el hombre, claro que Macarena ha dicho a todo el que la quisiera escuchar y el que no, que Daniel Ortega era el hombre más guapo de este mundo, entonces he llorado, llorado con mucho sentimiento y sólo me acuerdo que dije que se lo contaría a mi suegra cuando volviera, ella que comenta que parezco un mono…, ¡la madre que la parió!

13 de agosto, 2003
Ayer hicimos un recorrido muy bonito desde Palas de Rei y Pazos de Ulloa, ésta última inmortalizada por la escritora Emilia Pardo Bazán, pasando por iglesias románicas tan coquetas como la de San Xulián do Camiño y aldeas medievales como Leboreiro y por el encantador puente gótico de Furelos hasta llegar a Melide donde había una feria de ganado y allí nos hemos confundido con los paisanos.
Hoy hemos pasado por Arzúa, famosa por su queso y por la capilla del convento de las agustinas. También hemos estado en el pazo de Brandeso donde Valle Inclán ambientó una de sus obras.

El monte do Gozo. 14 de agosto, 2003
Nos abrazamos, nos sentíamos llenos, rebosantes por nuestro logro; las piernas estaban machacadas pero la vista de Santiago de Compostela a nuestros pies, merecía la pena, el sonido de las gaitas nos saludaba. La imagen del grupo envuelta en la niebla, cargando la mochila, sombrero y larga vara, caminando por el margen del camino, se acercó silencioso hacia la catedral; Santiago no nos podía recibir mejor por sus calles regadas por la lluvia y el hostal Reyes Católicos ofreció a los primeros peregrinos el desayuno gratis. Después, la visita a la tumba del apóstol, el abrazo a Santiago, los croques para conseguir la sabiduría de San Mateo, observar el botafumeiro y su estela de aroma a incienso pasar a ras del suelo a una velocidad de 68 kilómetros por hora… ¿Quién dijo que las tradiciones son fantasmas que anulan el progreso? Más bien son la riqueza de la historia de la humanidad.
Mañana volveremos a casa viendo la vida de otra forma y, habiendo aprendido a no exigir nada y agradecer todo.
“la puerta se abre a todos los enfermos y sanos;/ no sólo a católicos,/ sino aún a paganos,/ herejes, judíos, ociosos y vanos;/ y más brevemente, a buenos y profanos” Poema del siglo XIII, anónimo.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

no exigir nada y agradecer todo, eso es precioso, y la cita del final me encanta: no todo era intolerancia, ya había entonces mentes abiertas

amor

LUCIA-M dijo...

!!Genial!! me encanto tu escrito
el final es un canto
a que la unidad existe.
!Felicidades!
Un beso.

Azpeitia poeta y escritor dijo...

Llego desde otro blog al tuyo, lo sigo leyendo...dejaré mi pequeña huella...un abrazo de azpeitia (Descripción desenfadada, grácil, sencilla, pero que se lee con placer)

Perséfone dijo...

"(...)habiendo aprendido a no exigir nada y agradecer todo".

Grandiosa lección, ¿no crees?

Un abrazo :)

Francisco Méndez S. dijo...

Muy bueno,Tienes un premio en mi blog

Saludos

Unknown dijo...

Menudos días anónimos… El día uno dormí, el tres sonreí, el cinco rondé, el siete me preparé, el diez comenté y al llegar al doce nací para ver.
Para que después de anhelar… venga uno de algún que otro de algún siglo atrás y me recuerde “mi casa”. ET.

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Jaume, Perséfone,Ulyses,Azpeitia,Lucía, Amor... Gracias por haberme leído y molestaros en dejarme vuestros mensajes.
A ver si esta semana que entra se me da mejor que la anterior y os puedo dar mis agradecimientos de forma individual, tal como os lo merecéis.
Un abrazo enorme